Cuidados del tomate en el huerto

¿Quién quiere tomates?

Hortícolas! Terrícolas! Aquí estamos otra semana más con toda la energía! ¿Cómo van esas huertas? Suponemos que ahora que el verano por fin está aquí, con todo lo que se ha hecho de rogar, con sus tardes interminables y sus calores, estén ya mucho más crecidas y vosotros más contentos. 

Esta es una de las épocas más atareadas en la huerta, siempre hay algo que hacer: controlar el riego, observar en busca de plagas y enfermedades, recolectar... ¡¡¡¡No se me abrumen!!!!! Hay tiempo para todo, lo mejor es hacer todos los días un poco, y si fallamos alguno que no cunda el pánico, casi todo es solucionable!!!

En La Regadera Verde estamos también muy atareados, sobre todo con los tomates. Es verdad que la gran cantidad y variedad que hemos plantado este año tiene mucho que ver, pero es que los tomates tienen unos cuidados específicos que no debemos desatender para que la planta crezca bien y nos dé una gran cantidad de frutos, ¿o no estamos todos deseando comerlos? Ñam-ñam!

Vista interior del invernadero con las tomateras a derecha, izquierda y al fondo

• Atar/Entutorar los tomates:

Cuando las tomateras empiezan a hacerse más grandes es muy importante atarlas por varias razones. El tallo de la planta comienza a crecer, como habréis observado, al principio muy fino y con el paso del tiempo se va engrosando. A la vez que crece en altura también crece a lo ancho, con todas esas ramas y flores que le van saliendo. Si combinamos un tallo fino con el peso de la zona de las hojas tendremos un problema y es que el tallo se acabará partiendo porque no soporta tanto peso. Es por eso que hay que atarlas, y hay muchas formas, la común es con un palo, tutores, un plástico, cualquier cosa rígida y más o menos recta a la que podáis fijar el tallo de la planta mediante unas cuerdas o unas tiras de trapos de alguna camiseta vieja. La forma de atarlo tiene su aquel, es importante que el material no sea muy fino, porque al engrosarse el tallo  con el paso del tiempo la cuerda puede incrustarse en él y cortarlo, así que con las ataduras hay ser previsores como cuando se le compra un jersey a una criatura, crecedero, pues en esto lo mismo, debe sujetar la planta sin agobiarla, con holgura, para que cuando crezca siga teniendo sitio el tallo.

Maraña tomatera

Nosotros, al tener invernadero y tropecientos tomates, nos lo hemos planteado de otra manera que también podéis probar, y es colgándolos de cuerdas. El invernadero tiene unos cables que lo cruzan de manera longitudinal  y transversal, y los hemos aprovechado para colgar las plantas. El sistema es muy simple y parecido a los vientos de las tiendas de campaña, mediante unas tablillas de madera atamos la cuerda al cable, y el otro extremo al tallo del tomate (con cuidado y sin apretar), después le damos unas vueltas a la cuerda entorno a la planta y  la ajustamos para que quede tensa, tirando de la tablilla.

Tablillas con las cuerdas sujetando los tomates

Un trabajazo del que nos sentimos muy orgullosos!!! Cada poco tenemos que estar ajustándolo porque las plantas dentro del invernadero llevan un ritmo diferente, ¡crecen a toda mecha!

• Quitar los hijatos, hijuelos, sobaqueras o chupones:

Otra de las tareas que hay que hacer con las tomateras es quitar los hijuelos, hijatos o sobaqueras.

Chupón entre ramas de tomatera (fuente: infojardin.com)

Estas ramitas salen muy tiesas entre dos ramas ya existentes. Dicen los hortelanos que "chupan" mucho a la planta para crecer, y que es mejor quitarlas para que las plantas centren toda su energía y recursos en sacar las flores y los frutos adelante. Son bastante sencillos de arrancar, ya que normalmente con solo girarlos y tirar un poco de ellos, salen solos. No obstante si es la primera vez que los vas a quitar y no te ves con seguridad, te recomendamos tijeras para evitar que la planta sufra. Además, es muy interesante que sepáis que estos hijuelos que quitamos de las tomateras, pueden convertirse en nuevas tomateras. Se pueden plantar sin más en el terreno y es posible que enraícen formando una nueva planta de tomate, o para tratar de asegurar esto último, podemos intentar ayudarlos con el sistema del que os hablamos en la entrada: Clones de plantas a partir de esquejes.

¿Quién quiere un Cherry?

• Eliminar hojas bajas: 

Lo último que recomendamos es ir quitando las hojas más bajas de la planta, para, por una parte, evitar que con el contacto con el agua de riego aparezcan enfermedades producidas por hongos, y por otra para airear la planta, además de que con eso, la planta dejará de dedicar energía a esas hojas para seguir creciendo. Es interesante eliminarlas, pero ojo, siempre en su justa medida. Es decir, hay que tener en cuenta que la planta siempre debe tener hojas para poder realizar la fotosíntesis.

Así que manos a la obra! Por cierto, cuidado con la ropa, el tomate se deja manipular y huele muy bien, pero se rebela manchando mucho las manos y la ropa de un verde amarillento.¡Os lo digo por experiencia!


LA CESTA DE LA REGA


Esta semana tenemos por fin las cebollas en su punto! Están buenísimas y las hay de varios tamaños. ¡Las más grandes de hasta 800 gramos!
También tenemos acelgas, calabacines y judías verdes. Las lechugas ya hemos acabado con ellas, pero ya están las siguientes creciendo, así que es posible que en unas semanas estén listas, acompañando a los tomates y pimientos, que empezaremos a recolectar para la misma fecha.
Ya sabéis que la mejor manera de saber qué hay disponible en cada momento es contactando con nosotros a través de laregaderaverde@gmail.com

Aquí os esperamos.
Hasta la semana que viene!

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 Julio 2013

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Os los llevamos a casa, 
¡recién salidos de la huerta!