Amanecer en la huerta la Regadera Verde |
Durante todas las estaciones nos
acompañan nuestras vecinas las “malas hierbas”. En el invierno apenas
tienen flores y sólo nos muestran sus hojas o tallos ya resecos. Pero muy
pronto aparecerán sus colores y aromas. A veces nos molestan cuando les da por
acoplarse junto a un brote de lechuga o se enredan en la tomatera. Otras
agradecemos que atraigan a las abejas y su bendita polinización. Pero siempre
siempre están cumpliendo una necesaria función para el suelo de nuestras
huertas, cubriéndolo de verde, nutriendo sus capas año tras año,
descomponiéndose y aportando materia orgánica. ¡Qué injusto tildarlas de malas!
Lo único que pasa es que no nos gusta siempre donde están, pero nunca
desaparecen ni es bueno que lo hagan. Un terreno sin hierbas adventicias (un
apodo más honroso) es un terreno emponzoñado, cuidado con él. Nadie las cuida,
riega, trasplanta y en cambio ellas siempre nos ofrecen sus múltiples
propiedades culinarias o medicinales. Claro que hay conocerlas, porque a veces
esconden sorpresas peligrosas, pues igual que alimentan también intoxican si no
se utilizan en la dosis adecuada.
Vamos a intentar acercarnos
humildemente al mundo de las plantas silvestres que pueblan nuestras huertas en
La Regadera Verde, vamos a conocerlas un poco (sus usos, su historia) y a
valorarlas como se merecen. Nos parece
una aproximación más consciente al ecosistema hortícola, desde el respeto y la
veneración hacia la naturaleza y sus manifestaciones. Así los hortelanos
podemos sentirnos parte colaboradora en el entorno de nuestro trabajo, y no
sólo interventores o gestores de la tierra (por no decir explotadores, que
suena mucho peor).
Un vistazo superficial a estas
variopintas pobladoras de nuestras huertas nos arroja una impresionante cifra
de varias decenas de especies. Muchas de ellas exigen de conocimientos
botánicos para poder identificarlas, aunque siempre está el recurso de
preguntar al agricultor o al lugareño, que las
nombran a la manera de la zona y en muchos casos conocen algunos datos
interesantes sobre ellas. Una apasionante labor que hace de la etnobotánica
todo un lujo para los amantes de la naturaleza y la cultura.
Nos vamos a centrar en las más
comunes, para en futuros artículos ir explorando otras más raras o que aún no
conocemos personalmente.
En esta primera entrada comenzaremos con dos especies muy apreciadas: la Fumaria y la Mostaza Negra.
En esta primera entrada comenzaremos con dos especies muy apreciadas: la Fumaria y la Mostaza Negra.
FUMARIA
Fumaria |
Esta primavera damos la
bienvenida a la fumaria. En el
flanco norte de la huerta la hemos descubierto este año, se trata de una bonita
flor de múltiples nombres. Sólo en castellano se conocen hasta 8, entre ellos: palomilla
o palomina, zapatitos o camisitas del niño Jesús… Si os fijáis bien, las
hijillas están muy divididas y son de color verde grisáceo. Las florecillas
salen en ramilletes directamente del tallo, son tubulares y están compuestas
por dos labios de color púrpura. Sí, muy bonita, pero están en medio del bancal
de judías, ¿qué hacemos? Podemos recolectarla para hacer buen uso de ella. Sólo
nos interesan las flores, así que lo demás lo dejamos en los pasillos o lo añadimos al compostero. Pero, por favor, asegurémonos de que tengamos más
fumaria en adelante. Por eso hemos dejado cuantos ejemplares hemos podido intactos.
¿Qué hacemos ahora con las flores? Las vamos a emplear bien frescas bien
desecadas y en ambos casos tomaremos el zumo o jugo que desprende al
machacarlas para conseguir una depuración primaveral masiva de todo nuestro
organismo. Y este remedio se conoce desde antiquísimo, pues ya Dioscórides
hablaba de esta hierbecilla ramosa y muy tierna que nace entre las cebadas y
que “comida purga gran cantidad de cólera por la orina”. Ánimo, a probarla… con
un baño cerca siempre que sea posible.
MOSTAZA NEGRA
Mostaza negra |
Abril ha sido el mes de la
invasión de unas lindas flores amarillas
de gran intensidad que no tienen por el momento rival en nuestra huerta. ¡No os
la perdáis, que guarda buenas sorpresas!
A la izquierda la mostaza negra, a la derecha la berza en flor |
¿Veis el parecido con las berzas en flor? La berza tiene las flores blancas y no amarillas, los tallos verdes en lugar de rojizos y las hojas más grandes y carnosas. Pero sin duda se parecen, que por algo son como primas hermanas: género brassicas de la familia de las coles.
Debemos mirar a estas hierbas adventicias de otra manera, con respeto y admiración. ¡Pensad que pueden ofrecernos mucho!
En la próxima entrada seguiremos con otras plantas útiles e interesantes que nos vamos encontrando por la huerta. Así que ya sabéis, antes de arrancar una "mala hierba" informaros sobre sus propiedades y utilidades.
¡Hasta pronto hortícolas-terrícolas!
¡Hasta pronto hortícolas-terrícolas!
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